La relación de pareja, a diferencia de las demás relaciones familiares, es la única que se elige de forma libre y voluntaria. No obstante, si no es cultivada, cuidada y construida con esmero, dedicación y respeto, puede romperse, terminando en abandono, separación o divorcio.
Este tipo de relación también puede concluir porque uno de los dos miembros fallece, dando como resultado la viudez. En cualquiera de estos casos, será necesario hacer una sana elaboración del duelo y la pérdida.
La particularidad de estas relaciones consiste en dejar de ser “tú y yo” para convertirse en un “nosotros”, por ende, cualquier separación atenta contra el proyecto de vida y por ello, ante una ruptura o un fallecimiento. Esto es lo que hace de esta pérdida, un evento tan devastador, independiente de la causa del rompimiento de la relación.
Cuando la relación de pareja ha sido constructiva y gratificante, el dolor de la pérdida suele ser muy profundo y significativo, con un alto impacto sobre el proyecto de vida. Cuando el rompimiento de la relación de pareja se da tras un proceso de deterioro del vínculo, los sentimientos diversos y ambiguos serán más fuertes. Es posible sentir alivio por dar fin a una relación insatisfactoria o difícil y sentir esperanza ante la posibilidad de reconstruir la vida, no obstante se experimentará dolor y tristeza por todo lo perdido.
Por ejemplo: es normal sentir dolor por el apego o remordimiento, por no haber actuado a tiempo o por haber tolerado tanto; otros sentirán liberación y alivio porque su relación fue “tóxica” o “tormentosa”. En estos casos, las personas deberían acudir a apoyo profesional con el fin de sanar las heridas que dejan este tipo de vínculos, como parte de la sana elaboración del duelo.
A tener en cuenta: el proceso de duelo es universal, siempre sucede de la misma manera, lo único que diferencia a un ser humano de otro, es el cómo asume cada etapa, pues este es un proceso personal e intransferible, lo que hace que cada quien lo viva de manera diferente.
TIPOS DE PÉRDIDAS EN LA RELACIÓN DE PAREJA
- Pérdida por fallecimiento: se ve afectado el proyecto de vida. El temor a retomar la vida en soledad lleva al doliente a tener sentimientos relacionados a “no quiero vivir mi vida sin esta persona”.
Entre más edad tengan las personas, es más difícil superar la muerte de la pareja por la cercanía a la vejez y la dificultad de reconstruir sus vidas. Adicional, el duelo afecta su bienestar, y es muy posible que las personas de edad tiendan a ver su salud afectada y en muchos casos, puede precipitar el desarrollo de enfermedades y aumentar el riesgo de accidentes, acortando la expectativa de vida.
- Pérdida por abandono y/o por separación: “Me niego a creer y aceptar que hay un problema en mi relación”. Afecta de forma importante la autoestima y la auto confianza. Consiste en el trato o la forma como se ha convivido lo que lleva a uno de los miembros a tomar la decisión de irse de la relación y darla por terminada. Hay un gran dolor previo a la separación o el abandono, que deberá atenderse y sanarse.
Los miembros de la pareja generalmente se negaron por mucho tiempo a aceptar o a trabajar sobre las dificultades que llevan a la ruptura. El maltrato, la violencia y/o el desamor que acompañan este proceso afecta de forma importante la salud mental y el equilibrio de los miembros de la pareja. La culpa y el rencor suelen acompañar a las personas aún mucho tiempo después de haber terminado la relación.
Duele no solo lo vivido, sino lo que se dejó de vivir (proyectos no cumplidos y las expectativas insatisfechas), y el hecho de finalmente, tener que permitir que la relación llegue a su fin irremediablemente.
¿CÓMO AFRONTAR LA PÉRDIDA DE UNA PAREJA?
- Si la pérdida es por fallecimiento…
En medio de una circunstancia tan dolorosa como la muerte de un ser amado, con el acompañamiento de profesionales se debe trabajar para redireccionar los proyectos de vida y comprender la transición que implica un momento de esos. No es una tarea fácil, sin embargo, es un proceso que se lleva paso a paso hasta tener una mayor aceptación del ciclo natural de la vida y un mejor bienestar.
Por ejemplo, entre más largos son los matrimonios, más difícil y doloroso será poder recobrar la identidad y reconocer que se es capaz de vivir solo. Es normal que afloren muchos miedos, pero el acompañamiento y la terapia son claves para superar esta dura etapa que puede traer soledad, asumir independencia, autonomía y libertad, aspectos que pueden acompañar a la viudez, de manera sana y digna.
Por otro lado, cuando la relación no fue gratificante y significativa, el duelo puede aceptarse de forma más constructiva, como una nueva oportunidad de inicio a otra forma de vida.
- Si la pérdida es por separación…
En las relaciones más sanas, los miembros de la pareja reconocen que el afecto que los unió ha desaparecido o se ha transformado a tal punto que necesitan ajustar el vínculo a los nuevos sentimientos decidiendo así tomar caminos diferentes.
Hay dolor ante la pérdida del amor de pareja, la compañía, apoyo brindado y los proyectos en común que se ven afectados, pero están dispuestos a asumir con madurez y respeto mutuo los retos que implican la independencia, la autonomía y la libertad que vienen con esta decisión.
En el caso opuesto, cuando las relaciones son menos sanas y hay mucho daño o dolor, los sentimientos de rabia y venganza pueden llevar a uno o a ambos miembros de la pareja a emprender luchas económicas, legales o por los hijos, que pueden tener efectos más devastadores.
- Si la pérdida es por abandono…
El abandono se puede interpretar como una muestra de desprecio y afecta en gran medida la autoestima. Hace daño desde el amor y desde el “yo” porque no se tiene cómo confrontar y entender las razones.
Lo más importante es realizar el duelo adecuadamente, el poder encontrarse y reconstruirse como ser humano. Desde ahí, se planifica un nuevo proyecto de vida que brinde tranquilidad y devuelva la felicidad.
¡REORGANIZA TU PROYECTO DE VIDA!
Si estás atravesando por alguna de estas situaciones, no te desanimes, reorganiza tu proyecto de vida, puedes considerar alguno de estos tres escenarios.
- Haz un nuevo proyecto de vida, donde pienses en ti, en tu bienestar y soledad (es decir, la posibilidad de estar sin pareja).
- Sigue con el proyecto de vida que tenías con tu pareja en solitario.
- Toma la decisión de construir tu proyecto de vida, pero con alguien más.
TIPS PARA AFRONTAR EL DUELO POR LA PÉRDIDA DE LA RELACIÓN DE PAREJA
- Asume la soledad como una oportunidad para encontrarse consigo mismo y con la vida, ya que es necesaria para la sanación. Esto significa trabajar la tristeza, buscar espacios que permitan sanar las heridas, lograr crecimiento personal y encontrar el equilibrio que se necesita.
- Replantea la calidad de vida que te quieres dar, porque de allí depende cómo se va a reconstruir el futuro.
- Construye vínculos nuevos, por naturaleza se pierden vínculos que a falta de una pareja es recomendable rehacer, abrirse a una nueva vida social, sea reestablecerla con viejos amigos o construir nuevas amistades.
- Define tu nueva identidad con ayuda profesional. Con la pareja se tiende a perder la identidad propia y se asume una identidad de pareja.
Las pérdidas y las rupturas amorosas traerán un cúmulo de sentimientos que se afloran en la etapa del duelo, y la superación de los mismos, implican una decisión personal y un acompañamiento profesional que reoriente el proyecto de vida. Este proceso cuando se realiza de la mano de expertos y con el apoyo de entornos cercanos como familiares y amigos, garantiza una sana elaboración del duelo y aporta a una mejor calidad de vida.
Te acompañamos y te guiamos ante este tipo de situaciones, recuerda que si necesitas asesoría en cómo replantear tu proyecto de vida y en cómo superar la pérdida de tu pareja te puedes comunicar al 313 604 15 30.
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